Atención: cotorras y loros barranqueros no son lo mismo
Muchas personas confunden a las especies de loros y piensan que son todas iguales. Pero cada una se comporta de manera distinta y tiene dietas diferentes. Aquí vamos a hacer un aporte en este sentido para ayudar a diferenciar a los loros barranqueros de las cotorras verdes o comunes.
Texto Juan F. Masello y Alejandro Balbiano
En la Argentina viven unas 26 especies de Psittaciformes, un grupo de aves conocidas con distintos nombres, tales como loros, aras, guacamayos, cotorras y catas. Todos los miembros del orden tienen características en común, como pico robusto y curvado hacia abajo, postura erguida del cuerpo y garras prensiles, con dos dedos dirigidos hacia adelante, y dos hacia atrás. En general, la dieta de los Psittaciformes se compone de semillas (la fuente principal), frutos, néctar, polen, yemas, artrópodos y otras presas pequeñas. Como veremos a continuación cotorras y loros barranqueros no son lo mismo, ni desde el punto de vista de su aspecto, ni de su comportamiento, y menos de su dieta y de su relación con los cultivos humanos.
El loro barranquero mide 42 cm, desde la punta del pico a la punta de la cola. Forma bandadas bullangueras. En su plumaje se destacan el verde, azul y amarillo, posee una mancha roja en el pecho y cola larga. Cría en barrancas y acantilados. Los loros barranqueros se alimentan principalmente de brotes, frutos y semillas de la vegetación natural del Monte. Cuando falta alimento natural, los loros buscan sustento en cultivos como maíz y girasol, y en el Alto Valle y en el Valle Medio del Río Negro, algunos loros barranqueros que visitan la zona luego de la temporada de reproducción y crianza, lo hacen con almendras, manzanas, nueces y uvas. Pero el daño que ocasionan es limitado y ocasional. En un próximo post vamos a desarrollar en extenso este tema.
Loros barranqueros en El Cóndor, Río Negro
La cotorra argentina mide 27 cm de largo,
y al igual que el loro forma bandadas bullangueras. El plumaje es verde
brillante, su garganta, pecho y vientre son de color gris claro, y la cola es larga y puntiaguda. Vive y cría en grandes
nidos comunales utilizando palitos y ramitas de plantas espinosas entretejidas,
y los ubican en árboles
o en estructuras artificiales, tales como torres de comunicación o tendidos eléctricos. Es una de las
pocas especies de Psittasiformes, a nivel mundial, que construye sus nidos
utilizando ramas. Posee una gran adaptación alimentaria y suele explotar
diversos recursos. En la naturaleza se alimenta de semillas de plantas tanto
silvestres como cultivadas. Entre las primeras se destacan las semillas de
cardo, entre las segundas muestra preferencia por maíz y girasol, y
ocasionalmente por sorgo, trigo y arroz. También consume frutos y flores, así
como insectos adultos y larvas.
Desde hace unos años, la cotorra ha ido ocupando espacios en el Valle
del río Negro. Se estima su llegada al Alto Valle hace unos 20 a 25 años. Es originaria de Sudamérica, de la zona centro y sur, desde Bolivia
y Brasil hasta Argentina, Paraguay y Uruguay. En Argentina, originalmente se
encontraba solo hasta el sur de la provincia de Córdoba pero, con el cambio del
uso de la tierra por las actividades humanas (expansión de los cultivos y la
ganadería, la introducción
y subsecuente expansión del cardo,
urbanización y forestación con eucalyptus) que ocurrió en la Pampa húmeda, hoy
día se encuentran colonias en el sur de la provincia de Buenos Aires, y como
veremos a continuación, la expansión no se detiene. Todo esto por su enorme
capacidad de adaptación a distintos climas y ecosistemas, su comportamiento
adaptable, su gran inteligencia y su oportunismo alimentario.
El INTA Alto Valle
viene midiendo los daños en cultivos de frutales desde hace dos o tres años. La última temporada hubo daños
considerables en almendros, nueces y avellanas, donde se comen los frutos secos
verdes. En los cultivos de peras y manzanas se comen los brotes, flores y
frutos, pero allí el daño es limitado. El año pasado, un grupo
de productores de Cipolletti, Río Negro, certificaron junto al INTA que se perdieron por distintos daños cerca del 60%
de la producción de almendras, a consecuencias de la “plaga” de cotorras.
Control de la población de cotorras
Desde
hace años, los conflictos entre la vida silvestre y la agricultura están en
aumento, sobre todo en aquellas regiones donde los cultivos se expanden y las
áreas naturales disminuyen. Se genera así un debate, sobre si las especies
autóctonas o propias de cada región pueden o no, ser consideradas “plagas” de
los cultivos. Definamos que es una especie plaga. Desde el punto de vista de la
agricultura la palabra “plaga” se refiere a todos los animales, plantas y
microorganismos que tienen un efecto negativo o producen daños,
fundamentalmente sobre los cultivos de interés
para el ser humano y la producción agrícola. Pero actualmente la
definición se ha modificado, y ahora se entiende como plaga a la situación en
la que un ser vivo produce mermas a los intereses de las personas, es decir, se
pone el foco no en la especie que causa los daños, sino en la situación en la
que esa especie resulta dañina. Así la cotorra no sería una especie conflictiva
en todo el país, sino en determinadas zonas.
Para controlar el daño que generan las cotorras en la producción de
frutales, la Secretaria de Ambiente y
Cambio Climático de la provincia de Río Negro aprobó el manejo y control de la
cotorra común, mediante el uso de distintas herramientas individuales o
conjuntas tales como medios auditivos (sonidos de rapaces de la zona), medios
visuales (siluetas móviles de aves rapaces de la zona, cintas y redes
anti-pájaros) y volteo de nidos en épocas no reproductivas (otoño e invierno).
El volteo intenta ahuyentar a las cotorras destruyendo
sus nidos, para que disminuyan su reproducción, sin llegar a la matanza de
aves, y sin utilizar venenos o cebos tóxicos.
Otra técnica posible,
es la utilización de rayo láser verde, tecnología probada en más de 40
aeropuertos alrededor del mundo para combatir el problema de las aves y que podría
ser modificada para cubrir grandes áreas de cultivo. El uso del láser para
repeler aves se basa en que les genera incomodidad y temor, y en que posee muy
poco riesgo de daño, tanto en el ojo humano como en el de las aves. El método funciona
mejor al amanecer y al atardecer cuando las aves se acercan a los sitios de
reposo, o cuando salen a alimentarse, dado que la efectividad disminuye con el
aumento de los niveles de luz ambiente.
Como mencionamos siempre en este Blog,
conservar zonas naturales para crear áreas protegidas, ayudará a evitar
conflictos entre los seres humanos y las especies autóctonas, permitiendo que
cada especie ocupe su lugar y no necesite expandirse más allá de sus límites.
Esto se aplica para humanos y cotorras.
Para aquellos interesados en profundizar estos temas les recomiendo leer las publicaciones científicas en que esta basada la información que les compartimos en este post.
ResponderBorrarLes copio abajo los enlaces. Los enlaces no son directos, dado que este medio no lo permite. Por favor, copiar y pegarlos en la barra de navegación de sus programas de Internet:
Canavelli SB, Aramburú R, Zaccagnini ME 2012. Aspectos a considerar para disminuir los conflictos originados por los daños de la cotorra (Myiopsitta monachus) en cultivos agrícolas. Hornero 27: 89-101.
https://www.researchgate.net/profile/Maria-Zaccagnini/publication/283143666_Considerations_for_reducing_conflicts_around_damage_of_agricultural_crops_by_Monk_Parakeet_Myiopsittamonachus/links/5635027108ae75884113ab3d/Considerations-for-reducing-conflicts-around-damage-of-agricultural-crops-by-Monk-Parakeet-Myiopsittamonachus.pdf
Bucher EH, Aramburú RM 2014. Land-use changes and monk parakeet expansion in the Pampas grasslands of Argentina. Journal of Biogeography 41: 1160-1170
https://www.researchgate.net/profile/Enrique-Bucher/publication/260280780_Land-use_changes_and_monk_parakeet_expansion_in_the_Pampas_grasslands_of_Argentina/links/5a119a990f7e9bd1b2c0bb4b/Land-use-changes-and-monk-parakeet-expansion-in-the-Pampas-grasslands-of-Argentina.pdf
Sánchez R, Ballari SA, Bucher EH, Masello JF 2016. Foraging by burrowing parrots has little impact on agricultural crops in north-eastern Patagonia, Argentina. International Journal of Pest Management 62: 326-335.
https://www.researchgate.net/publication/304525375_Foraging_by_burrowing_parrots_has_little_impact_on_agricultural_crops_in_north-eastern_Patagonia_Argentina
Apoyo la toma de conciencia y la necesidad por parte de los humanos, de conservar zonas naturales para crear áreas protegidas. Es hecho tangible la responsabilidad del hombre en casos como el que se menciona, la protección de loros barranqueros y cotorras. Nelly Perrotta
ResponderBorrarSi, cuantas mas zonas se conserven de forma natural, en forma de Áreas Naturales Protegidas, menos necesidad van a tener los animales de refugiarse en nuestras ciudades, pueblos, etc. Cuanto mas alimento natural les dejemos en el Monte, menos comida se van a buscar en nuestras chacras. La decisión es nuestra como sociedad.
ResponderBorrarEn este podcast Alejandro Balbiano nos cuenta sobre especies invasoras terrestres. Gracias a Alejandro, vamos a poder entender que pasa cuando las especies, con ayuda del hombre, llegan a lugares donde antes no estaban:
ResponderBorrarhttps://ar.radiocut.fm/audiocut/alejandro-balbiano-entrevista-con-radio-colonia-3317/