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Mostrando las entradas de abril, 2021
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De barrancas y acantilados: geología y turismo aventura

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Texto Juan F. Masello y Alejandro Balbiano Los acantilados son una “marca registrada”, bien distintiva de la Patagonia. En sus paredes está escrita la historia geológica de esta región. Aquí vamos a hablar sobre los acantilados que se encuentran en la zona comprendida entre El Cóndor y Bahía Rosas, provincia de Río Negro. Corresponden a una unidad geológica conocida como Formación Río Negro, compuesta de areniscas o arenas consolidadas, y de arcillas y limos de origen continental, intercaladas con depósitos marinos que tienen entre 2 y 12 millones de años de antigüedad. Luego, esta formación fue cubierta por cantos rodados patagónicos, conformando otra unidad geológica de 1,8 millones de años de antigüedad, y que tiene un espesor que puede alcanzar los 2 metros. A lo largo de su historia estos acantilado han sufrido transformaciones por efecto de la erosión marina y fluvial. Finalmente hace unos 125.000 años se produjo un último avance del nivel del mar, el cual le dio a la costa a

El clamor del acantilado

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Textos Juan F Masello y Alejandro Balbiano   Son las 5 de la mañana. Nos encontramos en un acantilado, junto al faro Río Negro, el más antiguo en funcionamiento de toda la Patagonia argentina. El sol se asoma en el mar, y la luz del faro se apaga, como señal que el día está comenzando en la primavera patagónica. Estamos en el balneario El Cóndor, al inicio de los acantilados, en la provincia de Río Negro. En sus paredes, de entre 25 y 30 metros de altura, ocurre un fenómeno biológico sorprendente: miles de loros barranqueros se reproducen y crían a sus pichones.     Al amanecer, cada pareja coordina sus vuelos con otras, y otras, cientos de ellas emitiendo sus sonidos característicos. Hasta que en un momento todos se unen en una sinfonía única y estremecedora. Es “el clamor del acantilado” que indica la partida de los loros rumbo al Monte, en busca de comida para ellos y para sus pichones.   La Acústica es la rama de la física que estudia los sonidos, y ella nos dice que el ser human

El Monte, un ambiente biogeográfico único

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Textos Juan F Masello y Alejandro Balbiano   Antes de hablar del ambiente del Monte, definimos Biogeografía como la ciencia que estudia la distribución de los seres vivos. Ahora sí, entramos directamente al Monte, un matorral extenso y espinoso, con suelos arenosos, clima seco, con pocas lluvias, y donde viven muchas especies vegetales y animales. La vegetación predominante y característica es la jarilla. A simple vista el Monte parece ser una estepa arbustiva desértica, pero cuando miramos en detalle vemos que posee una alta diversidad de vida y belleza con una extensión de más de medio millón de kilómetros cuadrados, lo que representa aproximadamente un sexto de la superficie argentina. En nuestro país abarca parte de Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, oeste de La Pampa, extremo sur de Buenos Aires, Río Negro y parte de Chubut. La expansión de las fronteras agrícolas comenzó a desgarrar, a fragmentar este ambiente biogeográfico. Hoy este ecosistema

El hogar del loro, una casa compartida

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Textos Juan F Masello y Alejandro Balbiano El Monte es el hábitat o ambiente más importante para los loros barranqueros en la Argentina. Estos loros como su nombre lo indica construyen sus hogares en barrancas o acantilados junto a ríos y arroyos, o frente al mar. Los nidos-cuevas, característicos de esta especie, son excavados por la familia entera, usando garras y picos. Comienzan los padres, pero cuando los pichones tienen alrededor de cinco semanas de edad también ellos se encargan de profundizar los nidos. En muchas regiones, con pocos árboles grandes, el número de lugares y agujeros disponibles para anidar puede ser un factor limitante para muchas especies. Los científicos han descubierto que los loros barranqueros cumplen en el Monte una función muy importante: fabrican cavidades donde se refugian y reproducen gran cantidad de otras especies: abejas silvestres, pequeños mamíferos y reptiles, y un gran número de otras aves, tales como lechuzas de los campanarios, golondrinas