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Una camioneta llamada “Batata Lorera”

Historias de loros (y de los científicos que estudian a los loros)

Texto Juan F. Masello y Alejandro Balbiano


En noviembre de 2007, mientras Juan y Petra estaban recorriendo la provincia de La Rioja en busca de colonias de loros barranqueros poco conocidas, sufrieron un desperfecto mecánico en la camioneta que los transportaba, un vehículo con el que habían recorrido más de 7.000 km. A corta distancia de la entrada al Parque Nacional Talampaya, la camioneta denominada la “Batata Lorera”, una F100 del año 1971, rompió su eje trasero, la rueda voló unos 150 m, y quedó varada en medio del camino, y del desierto. Después de un largo tiempo se detuvo otra camioneta, cosa muy rara en esos lejanos y desérticos parajes. Era una familia cuyo conductor era inspector de tanques de gas y estaba haciendo sus inspecciones desde hacía un mes. Justo ese era su día libre, que se había tomado para visitar el Parque Nacional. Ayudaron a los investigadores a sacar la camioneta del camino, y la dejaron en la banquina. La pareja con su hijo los llevó hasta Villa Unión, el pueblito más cercano, ubicado a unos 60 km. No solo eso, el conductor les buscó un hotel y los alcanzó hasta el mismo. Y todo en su único día libre. Pero ahí no termino la historia. El conserje del hotel les dijo que había que rescatar la camioneta, y que como en el pueblo no había grúas, tenían que hablar con Don Enrique, el mecánico del pueblo. Era viernes, y Enrique organizó todo para ir a buscar la camioneta, con un camión volcador del pueblo, y a medianoche. A la una de la madrugada regresaron a Villa Unión y se fueron todos a dormir. A la mañana siguiente Juan va a lo de Don Enrique y le pregunta si el problema tenía solución. El sabio mecánico les respondió “todo se arregla”. Revisando en su depósito, atrás del taller, Enrique había encontrado un eje, pero le faltaban algunas piezas. Llamó a un amigo en la ciudad de La Rioja y le encargó los repuestos. Llegarían esa misma tarde en el micro que venía de la capital. Mientras arreglaban la camioneta, la esposa de Enrique les dio de comer empanadas riojanas y les lavó la ropa. El mecánico finalmente terminó el trabajo el domingo al atardecer, y como si fuera poco, llegado el momento de pagar les cobró un valor ridículamente barato. En ese viaje Juan y Petra estaban buscando una colonia descripta por Enrique Bucher en 1986/7, ubicada al norte de Villa Unión. Un dato. Todas las colonias del norte argentino son muy pequeñas, con un número promedio de 20 nidos. En algunos casos llegan a unos 100 nidos, quizás 200. Finalmente encontraron la colonia que buscaban gracias a la ayuda de otra persona, un viejo guía de montaña que los acompañó personalmente hasta las barrancas de un río de la zona. Pero esa es otra historia.


Comentarios

  1. Los resultados de la investigación que se llevó a cabo durante esas recorridas pueden leerse, libremente, en:

    http://www.frontiersinzoology.com/content/8/1/16

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  2. También hay un comentario de la Comisión Europea sobre nuestro trabajo durante las recorridas

    https://cordis.europa.eu/article/id/33639-the-parrots-that-crossed-the-andes/es

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  3. es cierto!!!!!!!...... si esa chata hablara!!!!!!!!.... cuantas cosas diría y cuanto vivido gracias a ella !!!!!! Nelly Perrotta

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