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Carta abierta de los loros barranqueros a los humanos


 

¿Qué nos dirían los loros si pudieran mencionarnos lo que les pasa o plantearnos los problemas que los amenazan? Vamos a hacer un intento basado en lo que sabemos de ellos (que gracias a los trabajos de los investigadores es mucho) y usando un poco de nuestra imaginación y empatía, para comprender sus pensamientos y reflexiones.       

Texto Juan F. Masello y Alejandro Balbiano
Locución Jorgelina Traut




“Nosotros los loros barranqueros tenemos nuestra forma de ser, y así como los seres humanos tienen su personalidad, nosotros poseemos una “loridad”, que caracteriza a cada individuo de nuestra comunidad, a la que los humanos llaman colonia de cría y reproducción. Pero para nosotros es algo más que eso, es nuestro hogar. Nuestra loridad es un conjunto de sentimientos, emociones, pensamientos, actitudes y hábitos, que nos distinguen como individuos y nos hacen a cada uno de nosotros, únicos e irrepetibles. De esta manera enfrentamos la vida cada día, y sobrevivimos en el mundo que nos ha tocado habitar. Y lo hacemos en sociedad y en familia.    

Todas las mañanas, al salir el sol salimos a buscar brotes, frutos y semillas para alimentar adecuadamente a nuestros hijos y para ello recorremos entre 60 y 240 kilómetros. Pero el ambiente donde crece nuestra comida es cada vez más pequeño, más escaso, como escuchamos decir a los humanos, un Monte, cada día más “desmontado”. Las personas usan cada vez más tierra para cultivar sus alimentos. Nos preguntamos si no podríamos compartirla para que coman sus hijos y los nuestros. En el Monte encontramos nuestro alimento, y nuestros medicamentos, los que nos evita tener parásitos sanguíneos. Reflexionamos a veces, que quizás aquí haya además medicinas para los seres humanos, y que si este ambiente se pierde, desparecerían para todos y para siempre.

Todo lo hacemos en familia, junto a nuestras parejas que duran toda la vida, y nuestros hijos, que son educados para regresar al lugar donde nacieron, cuando llegue el momento de criar a sus propios pichones y completar el ciclo de la vida.             

Por las noches, al regresar a nuestras cuevas, les contamos historias antiguas a nuestros polluelos, de cuando nuestros antepasados cruzaron la Cordillera de los Andes, y llegaron hasta estos acantilados junto al mar. A este hogar que hemos construido entre todos, cada familia, participando padres y madres, y a medida que crecen, nuestros pichones. A veces, algunas cuevas quedan deshabitadas, y no tenemos problemas en compartirlas con otras aves. Al fin y al cabo, el acantilado es de todos y el Monte también.

Cuando vuelve a salir el sol cada mañana, nos despertamos con el ánimo renovado, y pensamos que ese día será mejor. A veces ocurre y otras veces no. Pero los loros barranqueros nunca nos damos por vencidos, y sobre todo, nunca perdemos la esperanza. Quizás los seres humanos tengan eso que aprender de nosotros”.   



 

Nota: El Dr. Mariano Sironi, del Instituto de Conservación de Ballenas, planteó el concepto de “ballenidad” para referirse a la “personalidad” de las ballenas. Aquí nos hacemos eco de esa idea y la extendemos a los loros y su “loridad”.

 

 

Comentarios

  1. Muchas gracias! Alejandro y Jorgelina han hecho un excelente trabajo!

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  2. maravilloso trabajo, me emocionó... como me emocionó la foto de Nicolás junto al pichón. Gracias a todos por estas hermosas reflexiones. Nelly

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