¿Por qué los loros barranqueros vienen a nuestras ciudades?
Las bandadas de loros barranqueros se posan en cables y en árboles que utilizan básicamente para pasar la noche. Aquí te contamos por que ocupan ambientes urbanos y planteamos algunas soluciones para evitar posibles conflictos.
Texto
Juan F. Masello y Alejandro Balbiano
El
loro barranquero es una especie migratoria, lo que significa que sus bandadas
se desplazan siguiendo el ritmo de su ciclo de vida y el de las estaciones del
año. Los loros se mueven desde las colonias de cría y reproducción, que ocupan
durante la primavera, el verano y el otoño, y vuelan en invierno a sitios
distantes, a cientos de kilómetros de los acantilados.
Los loros, como otros
animales, no viajan ni se distribuyen al azar. Eligen ciertos lugares, y otros
no. Comprender estas decisiones del comportamiento, nos ayudará a garantizar
espacios seguros para los animales salvajes y evitar zonas de conflicto con los
seres humanos, tanto en zonas naturales como urbanas.
Pero ¿de qué depende eso?
Los animales, en general, se mueven porque pueden, pero esos movimientos dependen de una serie de factores. Uno de ellos, es que eligen espacios con abundantes recursos alimenticios, donde es importante tener en cuenta el tiempo destinado a la búsqueda de comida, la energía que se gana y la que se gasta en esa tarea. Los científicos denominan a esto “paisaje energético”, y se refiere no solo al espacio físico del ambiente, sino también a los aspectos ecológicos del mismo. Los paisajes energéticos sirven, entre otras cosas, para vincular la ganancia y el costo de la energía invertida en la búsqueda de alimento, con el éxito reproductivo.
Además, los movimientos de
muchos animales son afectados por otro factor: la presencia o no de
depredadores. Es lo que los científicos llaman “paisaje del miedo” y representa
una forma de medir el riesgo de ser depredado en un lugar
particular. Según este enfoque, el uso espacial y temporal de los paisajes por las especies
animales estaría influenciado por el miedo a ser depredado, y ese temor puede
ser real, o solo tratarse de la percepción de un peligro potencial. Por
ejemplo, un área con presencia de jabalíes, no será visitada por loros, aunque
los chanchos salvajes no sean depredadores directos de las aves.
Los loros son aves diurnas y saben cómo defenderse de sus depredadores durante el día. Pero de noche necesitan un refugio. Los loros adultos pasan sus noches junto a sus pichones, en la seguridad de los nidos-cuevas, pero los juveniles, y los adultos que ese año no se reprodujeron, o que perdieron sus nidos, necesitan de los arbustos altos del Monte, cada vez más escasos, para ponerse a salvo. Por eso buscan la seguridad de los cables eléctricos de los centros urbanos y de los árboles de las ciudades. No es casual que la mayoría de los individuos en áreas pobladas sean entonces los juveniles de los loros barranqueros.
Conflictos.
La
presencia de bandadas de loros en ciertos centros urbanos ha ido en aumento, y
eso genera problemas por daños a las instalaciones eléctricas, fibra óptica y
contaminación sonora. Las quejas más frecuentes provienen de los partidos de
Villarino y Patagones, y de ciudades como Bahía Blanca, todo en provincia de
Buenos Aires, y de zonas de la costa de la provincia de Rio Negro. Recientemente
llegan noticias de un aumento en el número de loros barranqueros utilizando
posaderos urbanos en Puerto Madryn, Chubut.
Los
loros en su ambiente natural usan ramas secas de arbustos y árboles para
mantener su pico limpio y funcional. Al no encontrar esa vegetación en las
ciudades, utilizan los cables. A eso se suman los sonidos estridentes de los
loros que molestan a algunos habitantes, evento que se hace más notorio por su
comportamiento de reunirse en bandadas o grupos numerosos.
Pero
por otro lado, el avance urbano en dirección a las colonias de loros barranqueros,
también es motivo de conflicto. En 1997, los investigadores Pablo Yorio y
Guillermo Harris informaron que la mayor densidad de nidos fue observada en el
primer kilómetro de la colonia de loros de El Cóndor. Juan Masello observó lo mismo
durante el período 1998-2000. Actualmente, la mayor densidad se encuentra en
el segundo kilómetro. Este desplazamiento de aves podría estar relacionado con
altos niveles de perturbación humana en el kilómetro más próximo al balneario.
En 1998 los edificios más cercanos estaban a 400 metros, hoy están a tan solo
30 metros de los primeros nidos.
Los loros vienen a los ambientes humanos porque encuentran árboles de gran altura, como eucaliptus y álamos, redes de tendido eléctrico de media y baja tensión, y estructuras o galpones en construcción que utilizan como refugio. Además encuentran alimento suplementario en los granos de cultivos derramados en los costados de los caminos o rutas de acceso a las ciudades o poblados.
Causas.
La
eliminación y la tala de la vegetación natural, sobre todo en los departamentos de
Adolfo Alsina (Río Negro) y Patagones (Buenos Aires) sería una de las causas del
asentamiento de los grupos de loros barranqueros en los cascos urbanos. Además
grandes sectores de la estepa se limpian todos los años usando maquinaria
pesada o se queman para proteger la propiedad privada de los incendios naturales.
Todas estas actividades están alterando o haciendo desaparecer
el ambiente natural del loro.
En el caso particular de la colonia de El Cóndor otras serias amenazas han puesto en peligro a los loros a lo largo de los años, por ejemplo, la construcción de accesos para peatones y automóviles, volando parte del acantilado, varias actividades humanas que tienen lugar a solo unos metros de los nidos, y como hemos visto, por la expansión del balneario cercano,
Soluciones.
Los
seres humanos estamos convirtiendo a los ambientes naturales en espacios cada
vez más modificados, para ampliar nuestras ciudades y cubrir nuestras
necesidades. Y luego pretendemos que los loros no nos molesten con sus sonidos
en los centros urbanos cercanos a su hábitat, o a lo poco que queda de él.
Pero
hay soluciones posibles. En el caso de las ciudades y pueblos que presentan concentraciones
estacionales de loros, hay que realizar el cableado subterráneo de líneas
eléctricas y de cables de fibra óptica.
Los
loros son atraídos a la "seguridad" de las ciudades en busca de luz y
refugios, que les permitan protegerse de los depredadores. Así que una alternativa
es construir posaderos artificiales y refugios en sitios cercanos a su hábitat,
pero alejados de los centros urbanos.
La
solución a un problema similar con una pareja de aguiluchos en el aeropuerto de
Mount Pleasant, en las islas Malvinas, podría servirnos de solución frente al
problema de los loros en centros urbanos. El investigador Ian Strange colocó
plataformas para que se posen las aves, que fue desplazando, poco a poco, en
dirección contraria a la pista de aterrizaje. El trabajo llevó tiempo y
paciencia, pero finalmente funcionó.
Basados
en esta idea, se podrían colocar unos postes con líneas eléctricas ficticias,
en terrenos ubicados a la entrada de El Cóndor, lejos del casco urbano, pero a
lo largo de la ruta que los loros siguen en sus movimientos diarios. Este
"experimento" también podría hacerse, por ejemplo, en Villarino o en Puerto
Madryn.
Pero
para encontrar soluciones más profundas, hay que plantear un plan de
recuperación y reforestación de la flora nativa y la creación de Áreas
Naturales Protegidas, en zonas a determinar, tanto en Buenos Ares, como en Río
Negro.
Eso permitirá una convivencia pacífica entre el ser humano y las aves.
Si no molestamos a los loros barranqueros en sus lugares naturales, es decir en su colonia de cría, ayudaremos a quitar presión al conflicto con las personas, ya que si aceptamos que los centros urbanos son nuestro hogar, habrá que aceptar que el acantilado es el hogar del loro. Parece un justo equilibrio de espacios y entre especies.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarSi van a hacer esto "una alternativa es construir posaderos artificiales y refugios en sitios cercanos a su hábitat, pero alejados de los centros urbanos" van a tener que hacerlo con luces.
ResponderBorrarAcá en el campo (Pedro Luro) a 22 km "como vuela el loro" hay muchos cables eléctricos pero los loros no se quedan por la noche, prefieren ir al pueblo con luces, posiblemente por la presencia de jabalí en el monte, pero tampoco se quedaban en el campo antes que llegaron los jabalis a la zona. Ademas, es muy raro que vienen a Pedro Luro a pasar las noches ya que había tanto desmonte en la zona.
En un país bien desarrollado el cableado subterráneo de líneas eléctricas seria una solución pero como esta la vida acá en este momento no se... - por el costo. Hay unos cuantos kilómetros de cables donde llegan los loros.
Hay mucha gente que piensa que los loros están dañando los Eucalyptus porque los ven en las ramas secas, pero pienso que es al revés, las ramas se secan (por ataque de psílidos?) y los loros eligen estos lugares para posar.
Hace falta un estudio al fondo de los loros en esta zona.
Gracias Rosemary por tu comentario. Destaco algunos detalles del mismo.
ResponderBorrarEl uso de luminarias en los posaderos artificiales es ciertamente un elemento crucial. Siendo los loros aves diurnas, la luz les da seguridad en los centros urbanos.
El tema cableado eléctrico urbano (será tema especial de un próximo post) encuentra solución en la alternativa subterránea. Habrá que pensar en eso como una inversión, no como un gasto. Además una vez hecho, queda para siempre, y evita cortes futuros por vientos fuertes y tormentas en la zona.
Como bien decís, los loros eligen ramas secas, quizás afectadas previamente por insectos o por enfermedades vegetales causadas por microorganismos.
En lo que estamos de acuerdo es que hay que seguir estudiando el comportamiento de los loros en la zona. Un factor a tener en cuenta es la gran capacidad de adaptación de los loros frente a los cambios que ocurren en el ambiente, debido a su inteligencia y comprensión de sucesos que adquiere a lo largo de su ciclo de vida. Y queda claro que ante la pérdida de su hábitat natural, los loros encuentran en los centros urbanos, una alternativa de refugio y descanso.
Sin duda es por lo general el ser humano el causante de los problemas que se ocasionan a las distintas especies que habitan este planeta, en este caso a los Loros. El avance de las ciudades o pueblos en forma indiscriminada, la destrucción de los habitats naturales por parte de los humanos, sin respetar las especies animales, trae aparejado problemas graves para uno y otros. Ojalá aprendamos a convivir con la naturaleza basándonos en el respeto mutuo.
ResponderBorrarGracias a Juan Masello y a Alejandro Balbiano por ayudarnos a comprender, a aceptar que existen soluciones posibles para una sana convivencia.
Me gustó mucho la ilustración de los loritos en los cables que Katja Masello Quinfeldt aportara con su maravilloso don. En su dibujo hay una gran observación, mucho amor y mucho humor. Muy bueno Katja! Gracias !