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Carta de un loro barranquero a otro loro barranquero

Los loros barranqueros se comunican entre ellos y se cuentan sus experiencias. En un intento por entenderlos, y usando nuestra imaginación, vamos a leer una carta que un loro, que vive en la colonia del acantilado, le escribió a su amigo loro que vive en la ciudad.

Texto: Alejandro Balbiano.




“Querido amigo, te escribo desde el acantilado. Los últimos tres meses de sequía en la región me hacen temer que este año será dura la temporada de cría en la colonia de El Cóndor. Entiendo perfectamente lo que me decís: que la vida en el pueblo de los humanos es más segura y protegida. Hay luz y lugares para reposar por la noche, a salvo de los halcones y gavilanes, nuestros predadores, y se encuentran granos desparramados en las rutas de acceso a las ciudades. No es el mejor alimento, pero algo ayuda.      

Frente a la desaparición de los arbustos y los árboles del Monte, que usamos para mantener nuestros picos limpios y afilados, te acepto que la utilización de los cables humanos es una alternativa, y por ese motivo, a veces somos “culpables” de los cortes de luz. Pero tenemos que tener cuidado, ya que muchos de nuestros hermanos loros sufren golpes o mueren al chocar contra los cables eléctricos, o reciben un rayo mortal, como lo llamamos nosotros, pero en días sin tormentas. 

Además los humanos no conocen nuestras costumbres y como vivimos en grupos le molestan nuestras conversaciones, que para las personas son sonidos estridentes. Es nuestra forma de hablar.

Cuidate mucho amigo mío que las ciudades son para los humanos, no para los loros. Y aunque parezcan seguras por un tiempo, a la larga debemos regresar al Monte, o lo que queda de él.

Nuestros antepasados nos contaban que donde ahora viven los humanos, antes había frutos, brotes y semillas en cantidades suficientes. Pero un día todo empezó a cambiar. Se levantaron construcciones humanas, pueblos, ciudades, aparecieron postes y cables eléctricos a todo lo largo de nuestros recorridos diarios. Siempre conservo la esperanza de poder volver, de regresar a nuestra casa, y dejar las ciudades para que allí vivan los humanos. Son sitios poco naturales para nosotros. 

En esta nueva temporada de reproducción, sé que vos la pasarás en el pueblo, y dejarás la colonia por un tiempo, sin criar pichones. Espero que no tengas muchos problemas con los humanos. Yo, en cambio, voy a apostar a formar familia este año, como en los años anteriores.

Te comento que hace unos días, un grupo de personas vino de visita a la colonia de El Cóndor, con sus hijos, para sacar fotos y filmar videos. Les escuché decir, en su idioma, que como cada día nos dejan menos Monte, menos comida y menos espacio, nos vemos obligados (los loros) a refugiarnos en sus ciudades. Como cuando los humanos escapan de tormentas, incendios, terremotos y volcanes y se llaman a sí mismos refugiados por causas climáticas o por desastres naturales, y buscan refugio en lugares distantes a sus hogares. Así que no estaría mal que los loros nos llamemos “refugiados ambientales alados”, que volamos en busca de lugares seguros, ya que en muchos sitios donde antes vivíamos, queda poco y nada de refugio y alimento.

Creo que en algún momento las cosas van a cambiar y los humanos se darán cuenta que tienen que respetar a la Tierra, para ellos y para nosotros. Me parece que los “pichones” humanos son los que más entienden de estas cosas, y tengo la esperanza que convenzan a sus padres de ayudar a salvar y proteger a los ambientes naturales. Al fin y al cabo, somos todos habitantes de un mismo planeta”.


Nota: La eliminación y la tala de la vegetación autóctona o nativa, sobre todo en los departamentos de Adolfo Alsina (Río Negro) y Patagones (Buenos Aires) sería una de las causas del asentamiento de los grupos de loros barranqueros en los cascos urbanos. Estas actividades están alterando o haciendo desaparecer el Monte, el ambiente natural del loro.

 

 

Comentarios

  1. Me emocionó esta carta de un loro a su amigo loro... nos hace sentir parte de sus vidas y dolores. Cuando entenderemos los seres humanos que no somos los bípedos los únicos habitantes de este nuestro maravilloso Planeta Tierra? Nelida Perrotta

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  2. Compartimos tu emoción Nélida. Por medio de las investigaciones que se hacen sobre la colonia de loros barranqueros de El Cóndor, los investigadores se convierten en la "voz" de estas aves, y en ese sentido esta carta representa simbólicamente el sentir de los loros.

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  3. Y para aquellos que disfrutan de la poesía le copio un enlace a una obra sobre los loros barranqueros de El Cóndor


    https://relatosypoesiasbreves.blogspot.com/2021/10/al-atardecer-loros-en-la-barranca.html


    Que la disfruten tanto como yo!

    Se agradece su difusión!

    Saludos, JUAN

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