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Loros barranqueros y cables eléctricos

Con el inicio de la nueva temporada reproductiva de los loros barranqueros en la colonia de El Cóndor, comenzará otra vez la interacción entre aves y humanos. En esta relación, un elemento de conflicto son los cables de alumbrado público en los centros urbanos y las líneas eléctricas en los bordes de las rutas. Aquí presentamos factores a tener en cuenta y recomendaciones.

Texto Juan F. Masello y Alejandro Balbiano.

 


Uno de los factores de conflicto entre las aves y los seres humanos lo constituyen los cables de alumbrado público en los centros urbanos y las líneas de tensión que los loros usan como posaderos, es decir lugares para descansar, reunirse y pasar la noche. Como hay cada vez menos árboles y arbustos propios de su ambiente natural, usan cada vez más los cables eléctricos.

 

         Los loros son aves diurnas y de noche necesitan un refugio. Los loros adultos pasan sus noches junto a sus pichones, en la seguridad de los nidos-cuevas, pero los juveniles, y los adultos que ese año no se reprodujeron, o que perdieron sus nidos, necesitan de los arbustos altos del Monte.

Lamentablemente, también en este caso, hay cada cada vez menos arbustos altos en el Monte (por ejemplo chañares) y por eso buscan la seguridad de los cables eléctricos de los centros urbanos.

        

Un aspecto de especial interés para tener en cuenta en esta nueva temporada, es que todos los pronósticos indican que este año ocurrirá nuevamente un fenómeno de La Niña, lo que traerá aparejado sequías extremas y falta de alimento en la región. Esto les permite vaticinar a los investigadores dos escenarios posibles:

1) que los loros “anticipen”, en función de la sequía de los últimos tres meses, que no va a ser una buena temporada. De esta manera, muchos adultos elegirán no reproducirse. En este caso, los reproductores buscarán refugio y lugares de descanso en los centros urbanos. No hace falta imaginar mucho para saber que esto será un problema con los vecinos humanos: cortes de luz, ruidos, suciedad en autos y veredas.

2) que los loros decidan reproducirse igual. En este caso, podría ocurrir una gran mortalidad de individuos a consecuencia del esfuerzo por tratar de alimentar pichones en una situación de escasa disponibilidad de alimento.

 

A tener en cuenta

Actualmente, los tendidos eléctricos constituyen una de las principales amenazas para las aves, ya que causan la muerte de miles de ellas cada año en todo el mundo. Dicha mortalidad generalmente está asociada a tres tipos de accidentes: electrocución con los apoyos, colisión con los cables y enganche con alguno de sus componentes.

         Los tendidos eléctricos son instalaciones de gran longitud y permanencia, e interactúan, en general, con las aves de manera innocua, e incluso beneficiosa para algunas especies, ya que sirven de perchas o como estructuras de nidificación en áreas donde escasean en forma natural. Sin embargo, esa interacción también puede ser muy negativa. El contacto entre aves y cables, como veremos a continuación, puede generar cortes del servicio, lo que hace ver a las aves como “culpables”. Las empresas eléctricas pueden ver deteriorada su infraestructura o presentar fallas en el suministro de electricidad por daños en los tendidos o por generar cortocircuitos por el incendio del plumaje de las aves, fruto de un arco voltaico. Si bien las plumas secas actúan como aislante, la mayoría de las electrocuciones se producen por contacto simultáneo de la piel con dos conductores, o entre un cable y un contacto a tierra. En particular, los loros además afilan sus picos contra los cables y deterioran las líneas eléctricas.

         Los loros, con frecuencia, se electrocutan cuando se posan en postes y tendidos, y no son las únicas aves. Se ha informado de electrocuciones de rapaces (halcones, gavilanes y lechuzas), y colisiones que provocan heridas o muertes en garzas, patos, y otras aves acuáticas. En ocasiones, las aves que colisionan no mueren bajo los cables sino a distancias de los mismos. Por eso a veces no vemos este fenómeno. Las aves migratorias, como los cauquenes, que vuelan a alturas comprendidas entre los 20 y 50 metros tienen un riesgo considerable de colisión, especialmente cuando vuelan de noche, en bandadas.

         Existe la necesidad urgente de ponernos de acuerdo sobre el diseño e instalación de tendidos eléctricos para minimizar efectos adversos, tanto para humanos, como para loros. Hay aún en nuestro país muchos postes y crucetas que son trampas mortales para las aves. Más que nada en sectores del tendido eléctrico donde no se ha implementado el sistema de fases en triángulo (la primera y la tercera fase a la misma altura, y la segunda más elevada). Ese sistema es muy efectivo para proteger, por ejemplo, a los loros.

 

Recomendaciones

Ahora vamos a mencionar algunas recomendaciones a tener en cuenta. Desde hace más de 30 años, en distintos países se realizan estudios sobre el efecto de las líneas eléctricas sobre las poblaciones de aves. En particular, la electrocución se puede eliminar por completo en postes y conductores, si se consideran algunas medidas a la hora de diseñar las líneas eléctricas, tales como mantener una distancia entre conductores de al menos metro y medio, evitar aisladores rígidos (los aisladores son estructuras horizontales que van por encima de la cruceta), y para mayor seguridad utilizar aisladores suspendidos (que van debajo de la cruceta). Además se recomienda no utilizar crucetas de metal (que transmiten fácilmente la electricidad provocando la electrocución), y usar crucetas de concreto. Estas medidas son muy eficientes y no generan un gran costo, siempre y cuando se las incorpore durante el diseño del tendido eléctrico. Por el contrario, si son incorporadas luego, su costo es mayor y suelen ser menos efectivas.

 

         Las fundas o elementos aislantes y protectores para las aves deben tener la mayor vida útil posible, y para ello los materiales utilizados deben soportar por décadas todas las condiciones climáticas y la luz ultravioleta. Las líneas eléctricas deben estar señaladas con dispositivos o balizas “salvapájaros”, para evitar la colisión de las aves, fundamentalmente bajo condiciones climáticas adversas, como niebla o fuertes vientos, tan típicos de la Patagonia costera.

         En postes y crucetas mal diseñados, el riesgo de electrocución de las aves aumenta, de tal manera que se los puede considerar “apoyos asesinos”. Donde sea posible, los cables conductores deben ser enterrados (subterráneos), como la medida más segura para evitar la mortalidad de aves y los cortes de luz.

         Es fundamental, que las empresas eléctricas y las autoridades locales lleguen a un acuerdo para reemplazar cables obsoletos, conectores automáticos faltantes o viejos, y aislar adecuadamente las crucetas. Todo esto se podría solucionar con una inversión razonable. La responsabilidad de las compañías eléctricas debe tener en cuenta la seguridad de las aves, por una cuestión ética, pero también para evitar cortes a los usuarios. Además los gobiernos deben legislar para establecer estándares técnicos sobre la construcción de nuevos apoyos de media tensión y la corrección obligatoria de los apoyos asesinos existentes. Las autoridades locales y nacionales, junto a las compañías eléctricas deben financiar proyectos de investigación, consultando a expertos, para mejorar nuestra comprensión sobre los impactos que los tendidos eléctricos causan a la biodiversidad.

         Asimismo, es fundamental, desviar los tendidos eléctricos de aquellas áreas donde se concentran grandes cantidades de aves, como en las costas, humedales y colonias reproductoras. Justamente todo lo que nos maravilla en el estuario del río Negro y en la colonia de loros barranqueros de El Cóndor, junto al mar.

         Siempre es bueno que las personas vivan mejor con servicios eficientes, continuos y sin cortes. El servicio eléctrico es uno de ellos. Pero para alcanzar la felicidad hay que vivir además con responsabilidad, y eso incluye el respeto de todas las formas de vida. Una existencia plena reconoce derechos y obligaciones. Nuestra relación con los loros barranqueros debe seguir esa senda virtuosa.

 

Para saber más:

Ferrer M.A. (2012): Aves y tendidos eléctricos. Del conflicto a la solución. ENDESA S.A. y Fundación MIGRES. Sevilla, España. Enlace

Schneider H., Thielcke G. (1997): Tendidos eléctricos aéreos compatibles con las aves. Karl Kaus Stiftung für Tier und Natur, Radolfzell, Alemania. Enlace

BirdLife International (2007): Documento de Posición sobre Aves y Tendidos Eléctricos Sobre los riesgos para las aves de las líneas de transporte y distribución de electricidad  y cómo minimizar sus efectos negativos. Enlace


Comentarios

  1. Es posible que cueste tanto entender que debemos procurar cuanto antes soluciones a humanos y aves? Y sobre todo entender que los animales son esenciales en la vida de los humanos? Sin ellos la vida humana seria otra historia y no precisamente satisfactoria. N. Perrotta9

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  2. Gracias Nélida por tu comentario. Entiendo tu molestia y la comparto. Tenemos que renovar los esfuerzos todos los días y entregar herramientas educativas, para que las personas comprendan que es posible una existencia equilibrada, donde los seres humanos ocupemos nuestros espacios y desarrollemos nuestras actividades, y las especies silvestres conserven sus hábitats lo más prístinos posibles. El desafío es enorme y este Blog es un intento en ese sentido. Espero de todo corazón que tengamos tiempo, ya que como bien decís, una vida sin especies y espacios sanos no parece ser una existencia satisfactoria. ¿Lo lograremos? Está en todos nosotros hacer el esfuerzo y no perder la esperanza.

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