Cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa

 Texto Juan F. Masello y Alejando Balbiano.

 

“Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar” significa que cada cosa, objeto, prenda, articulo, herramienta, debe tener un lugar en tu hogar. Parece sencillo pero no lo es. Por nuestra forma de ser tendemos a dejar las cosas donde sea, y rara vez las dejamos limpias, ordenadas y en el lugar adecuado.

El Homo sapiens, o sea nosotros los seres humanos, nos definimos por muchas cosas. Pero en la actualidad, en un listado de actividades que reflejan nuestro comportamiento, figuran sin duda, la generación de basura y la ocupación territorial, o mejor dicho la urbanización de todas las tierras disponibles. Pero no vivimos solos en el Planeta. Hay otras especies y espacios.

Algunos de esos espacios tienen una importancia especial. Se los denomina Áreas con fenómenos biológicos destacados. Así están en nuestro país, el Parque Nacional Iguazú, Península Valdés, Punta Tombo, y El Cóndor, entre otras. Pero hay una cosa fuera de lugar en esta lista. La colonia de loros más grande del mundo de El Cóndor es la única que no tiene ningún estatus de protección, ni nacional, ni provincial, ni municipal. ¿Y eso en que la afecta?

 

Si algo está protegido, todo se mantiene en orden y limpio, no se puede disponer de esa zona para otras actividades, se le da una importancia especial. Cuando todo está fuera de lugar, puede habilitarse un basural frente al fenómeno biológico destacado o pueden colocarse construcciones y viviendas justo en el borde del acantilado. Esto provocará en un lapso muy corto derrumbes del mismo, lo que traerá como consecuencia tragedias materiales y económicas y quizás alguna desgracia humana. Por eso cada cosa tiene que estar en su lugar.

Además el ser humano es una especie de hábitos y costumbres, y que imita lo que otros hacen. Si se tira basura frente al Faro Río Negro, otros seguirán tirándola, sin catalogar los tipos de residuos. Es un hecho.

El tema loteos al borde del acantilado es otra problema grave. Por ejemplo, en La Lobería, los nuevos loteos han afectado directamente a la colonia de loros, y donde había unos 3.000 nidos, los investigadores encontraron en noviembre de 2021 solo unos 100 loros. La colonia de La Lobería era la segunda más grande de la especie loro barranquero.

  

Cuando las cosas no están en su lugar, y en eso tienen mucho que ver las autoridades y el ejemplo que nos dan para imitar, el lugar deja de ser un hogar para nosotros y para todas las especies que nos acompañan en nuestra existencia sobre este planeta.

Además el lugar pierde su valor biológico y eso trae aparejado la pérdida también de su valor turístico y económico. Nadie quiere visitar un zona natural con un basural de paisaje de fondo, y lleno de viviendas que convierten la naturaleza en un espacio urbano solo habitado por humanos.

Los ciudadanos podemos dar otra señal, otro ejemplo, y reclamar a quien corresponda que las cosas vuelvan a estar en su lugar.