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Loros barranqueros, Embajadores de lo que queda del Monte.

 


 

¿TENER AVES COMO MASCOTAS PUEDE PROVOCAR ENFERMEDADES?

La deforestación, la destrucción y fragmentación del habitat, y el avance de la frontera agrícola ¿podrían ser la causa de la “invasión” de los loros en ciertas localidades de la provincia de Buenos Aires? Además, la presencia de los loros en ambientes urbanos, ¿podría estar relacionado con el desarrollo de ciertas enfermedades transmitidas por las aves? Aquí planteamos respuestas a estos interrogantes.       

 

Texto Alejando Balbiano y Juan F. Masello.

 

Los loros barranqueros son aves migratorias. Luego de su período de reproducción y crianza en la colonia de El Cóndor, en Río Negro, algunos de ellos vuelan hacia el norte, a distintas localidades de la provincia de Buenos Aires, principalmente a Hilario Ascasubi, Pedro Luro y Mayor Buratovich. Pero, ¿por qué los loros van a las zonas urbanas? La respuesta es simple. La deforestación de su ambiente natural, el Monte, los llevó a buscar otro hábitat. En ese nuevo ambiente encontraron su “hogar” en edificios, en arboledas de plazas y parques, y comenzaron a posarse sobre el cableado eléctrico y el de transmisión de datos.

En la actualidad, existe un conflicto planteado por la convivencia no deseada entre el loro barranquero con los pobladores locales, y encontrar soluciones frente a ese problema generado por los seres humanos, no es sencillo ni rápido.

En el corto plazo, se están buscando alternativas para auyentar a los loros de la región, usando iluminación láser y bombas de estruendo. Pero esta no es la solución definitiva.      

Frente a una vegetación natural en retirada, que disminuyó su presencia en un 80% en los últimos años, y su reemplazo por cultivos humanos, a los loros no les quedó más remedio que buscar su alimento en zonas rurales y urbanas. Y hablando de remedios. Los loros barranqueros encuentran normalmente en el Monte sus alimentos y sus medicamentos, es decir que las plantas los proveen de metabolitos secundarios que los protegen de patógenos y parásitos. Por este motivo, los loros silvestres no transmiten enfermedades, pero sí podrían hacerlo los que están en cautiverio porque no tienen acceso a esos recursos.

La verdadera y duradera solución al problema es reforestar el área desmontada.

Hay que dejar de talar el Monte y volver a plantar con especies vegetales autóctonas, en sitios alejados de los centros urbanos, y así revertir el proceso negativo. Esta sería una solución a largo plazo.  

Como era de esperar, cuando se deja avanzar a los problemas, sin buscar soluciones, aparecen más y nuevos conflictos. En abril de este año, 2024, en el Municipio de Villarino, más precisamente en Hilario Ascasubi, falleció una vecina de la zona por psitacosis y tuvieron que internar a un menor por el mismo motivo. ¿Podrían tener algo que ver con ese tema los loros barranqueros silvestres? A continuación, daremos una respuesta detallada a esa pregunta.

 



¿Ornitosis o psitacosis?

La psitacosis es una enfermedad zoonótica, es decir que pasa de los animales al ser humano, y es causada por la bacteria Chlamydia psittaci, que se encuentra en los excrementos de las aves. Las más afectadas son las personas entre 30 y 60 años de edad, y los que corren mayores riesgos de contraer esta enfermedad son los dueños de aves, los empleados de tiendas veterinarias y de mascotas, los trabajadores de plantas de procesamiento de aves, los veterinarios y los jardineros que atienden mascotas. También puede presentarse en campesinos y trabajadores de mataderos donde se procesen pavos.

Si bien la enfermedad se denomina “psitacosis” por su vinculación con los loros, los infectólogos prefieren utilizar el término ornitosis (relativo a las aves) ya que se transmite a través de animales enfermos como loros, cotorras, papagayos, pero también canarios, jilgueros y palomas.

La bacteria Chlamydia psittaci está asociada con más de 450 especies de aves y además se ha encontrado en varias especies de mamíferos, incluidos perros, gatos, caballos, rumiantes grandes y pequeños, cerdos y reptiles. Sin embargo, las aves, especialmente las mascotas, como loros, pinzones, canarios y palomas, y las aves de criaderos, tanto industriales como domésticos, son las que con mayor frecuencia causan la psitacosis humana. La transmisión de la enfermedad a los humanos se produce principalmente por inhalación de partículas en el aire provenientes de secreciones respiratorias, secreciones oculares, excrementos secos o polvo de plumas, y por la manipulación de aves infectadas en criaderos. No es necesario el contacto directo con las aves para que se produzca la infección. Hasta ahora no se han informado casos de contagio entre personas.

En los seres humanos, la enfermedad puede ser diagnosticada mediante pruebas especiales de anticuerpos sanguíneos. En las aves, los veterinarios pueden diagnosticar la infección realizando una prueba especial para Chlamydia en una muestra de material fecal.

En general, la psitacosis es una enfermedad leve, con síntomas que incluyen fiebre y escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y tos seca. Con menos frecuencia, las personas con la infección pueden tener neumonía, endocarditis, miocarditis, hepatitis, artritis, conjuntivitis y encefalitis. Los síntomas ocasionales suelen ser sarpullido en la piel inespecífico, diarrea, vómitos y dolor abdominal. Si bien la enfermedad suele ser leve o moderada, a veces puede ser grave, especialmente en los adultos mayores que no reciben tratamiento.

La mayoría de las personas comienzan a desarrollar signos y síntomas entre 5 y 15 días después de la exposición a la bacteria. El tratamiento antibiótico oportuno es eficaz y permite evitar complicaciones como la neumonía. Con un tratamiento antibiótico adecuado, la psitacosis rara vez provoca la muerte. Los pacientes con psitacosis deben recibir antibióticos durante 14 días.

Es fundamental, si se mantienen aves como mascotas, realizar una limpieza constante de sus jaulas para evitar que la materia fecal se acumule, se seque y pueda ser transportada por el aire.

 

Recomendaciones

Para evitar la enfermedad causada por aves, se recomienda:

  •  No capturar aves ni pájaros silvestres, ni comprarlos en la vía pública.
  • Mantener a las aves en lugares ventilados y con espacio suficiente, sin hacinarlas.
  • Alimentar a los pájaros correctamente y mantener las jaulas limpias.
  • No permanecer largos períodos en habitaciones cerradas donde hay aves.
  • No introducir aves recientemente capturadas o compradas, sin certificado sanitario, en jaulas donde ya hay otras aves.

 




Situación en la Argentina

En la Argentina, este año hubo un aumento de un 27% en los casos confirmados de psitacosis respecto a la situación de 2023. Es un incremento del 165% respecto de la media de los últimos 5 años, según informó el Ministerio de Salud de la Nación. Ya se reportaron tres muertes por la infección este año. Durante 2024 se notificaron 62 casos de personas diagnosticadas con la infección. La mayoría son de la región Centro del país, a saber, 30 casos se registraron en la provincia de Buenos Aires, 13 en Entre Ríos, uno en Córdoba y tres en Santa Fe. En comparación con el año anterior, en la provincia de Buenos Aires, los casos crecieron el 87,5% y en Entre Ríos, el 62,5%. Con respecto a las tres personas fallecidas, dos eran residentes de la provincia de Buenos Aires, y el tercero era de la provincia de Entre Ríos. Los tres casos estuvieron hospitalizados antes de morir. Hay que aclarar que es muy difícil que se produzca una gran epidemia de psitacosis, ni que haya que sospechar de cada ave que ya se tiene en una casa. Es importante tener en cuenta, que la psitacosis es una enfermedad poco común.

 

Situación en Europa

En febrero de 2024, la Organización Mundial de la Salud informó que Austria, Dinamarca, Alemania, Suecia y los Países Bajos notificaron sobre un aumento de los casos de psitacosis en comparación con el año 2023. También se anunciaron cinco muertes y varias personas internadas en grave estado. Según informó la Organización Mundial de la Salud, cuatro personas han muerto en Dinamarca, una en los Países Bajos y decenas más han sido hospitalizadas en Austria, Alemania y Suecia. En la mayoría de los casos se informó exposición a aves silvestres y/o domésticas. Los países afectados han implementado investigaciones epidemiológicas para identificar posibles exposiciones y grupos de casos. La Organización Mundial de la Salud continúa monitoreando la situación y, basándose en la información disponible, evalúa el riesgo que representa este evento como bajo.

 





A modo de conclusión

La presencia de bandadas de loros en ciertos centros urbanos ha ido en aumento, y eso genera problemas por daños a las instalaciones eléctricas, fibra óptica y contaminación sonora. Las quejas más frecuentes provienen de los partidos de Villarino y Patagones, y de ciudades como Bahía Blanca, todo en provincia de Buenos Aires, y de zonas de la costa de la provincia de Rio Negro. Los loros en su ambiente natural usan ramas secas de arbustos y árboles para mantener su pico limpio y funcional. Al no encontrar esa vegetación en las ciudades, utilizan los cables.

Los loros vienen a los ambientes humanos porque encuentran árboles de gran altura, como eucaliptus y álamos, redes de tendido eléctrico de media y baja tensión, y estructuras o galpones en construcción que utilizan como refugio. Además, encuentran alimento suplementario en los granos de cultivos derramados en los costados de los caminos o rutas de acceso a las ciudades o poblados (rastrojo).

La eliminación y la tala de la vegetación natural, sobre todo en los departamentos de Adolfo Alsina y Patagones sería una de las causas del asentamiento de los grupos de loros barranqueros en los cascos urbanos.

Los seres humanos estamos convirtiendo a los ambientes naturales en espacios cada vez más modificados, para ampliar nuestras ciudades y cubrir nuestras necesidades. Y luego pretendemos que los loros no nos molesten en los centros urbanos cercanos a su hábitat, o a lo poco que queda de él. Pero hay soluciones posibles. En el caso de las ciudades y pueblos que presentan concentraciones estacionales de loros, hay que realizar el cableado subterráneo de líneas eléctricas y de cables de fibra óptica. Los loros son atraídos a la seguridad de las ciudades en busca de luz y refugios, que les permitan protegerse de los depredadores. Así que una alternativa es construir posaderos artificiales y refugios en sitios cercanos a su hábitat, pero alejados de los centros urbanos. La solución a un problema similar con una pareja de aguiluchos en el aeropuerto de Mount Pleasant, en las islas Malvinas, podría servirnos de solución frente al problema de los loros en centros urbanos. El investigador Ian Strange colocó plataformas para que se posen las aves, que fue desplazando, poco a poco, en dirección contraria a la pista de aterrizaje. El trabajo llevó tiempo y paciencia, pero finalmente funcionó. Basados en esta idea, se podrían colocar unos postes con líneas eléctricas ficticias, en terrenos ubicados a la entrada de los poblados, lejos del casco urbano, pero a lo largo de la ruta que los loros siguen en sus movimientos diarios.

 

Para encontrar soluciones más profundas, hay que plantear un plan de recuperación y reforestación de la flora nativa, vegetación que los humanos destruimos, y la creación de Áreas Naturales Protegidas, en zonas a determinar, tanto en Buenos Ares, como en Río Negro. Eso permitirá una convivencia pacífica y saludable entre el ser humano y las aves.

 

En relación, a los casos de psitacosis hay que mencionar que lo que se ve en la provincia de Buenos Aires, en particular, y en la Argentina, en general, es un aumento del 165% en los casos, evento que coincide con una epidemia reciente europea. Y en Europa, no hay loros barranqueros en estado silvestre.

Además, hay que tener en cuenta, que los parásitos sanguíneos parecen ser comunes entre los loros cautivos, especialmente en casas y zoológicos. En cambio, los loros silvestres, en general, carecen de ellos. Una explicación posible para esta diferencia es que el estrés asociado con el cautiverio puede bajar las defensas de los individuos o reducir su capacidad para evitar los vectores comúnmente presentes en hogares y zoológicos, lo que aumenta la carga de parásitos. Una buena razón para no tener loros como mascotas. Otra buena razón, es que todos o casi todos los casos de psitacosis en humanos fueron contagiados por aves enfermas que se mantenían como mascotas.


Comentarios

  1. La irresponsabilidad de los humanos siempre dañará la naturaleza y los seres que la integran ÿ afectará a sí mismo y a su entorno, aunque se niegue a reconocerlo. Nelida Perrotta

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  2. Gracias Nélida por tu comentario. Como bien decís la irresponsabilidad de los seres humanos daña a la naturaleza y a las propias personas. Pero hay una forma de evitarla. Y es con conocimientos basados en la ciencia y la investigación seria. Los que hacemos este Blog y quienes nos acompañan creemos firmemente en la educación como una forma de ayudar a proteger especies y espacios naturales. Alejandro Balbiano.

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  3. Les comparto por este medio una nota periodística sobre el tema que recomiendo leer:

    https://www.infobae.com/america/medio-ambiente/2024/07/28/de-carpinchos-a-loros-barranqueros-los-animales-generan-perjuicios-o-los-seres-humanos-los-invaden/


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