S.O.S Pichones
Texto: Alejandro Balbiano y Juan F. Masello Todos los años, en el mes de diciembre, ocurre la misma historia. Los guardias ambientales traen a la clínica veterinaria de María Eugenia Picerno y María Belén Aciar, en San Antonio Oeste, Río Negro, crías de loros. Son pichones que se caen de sus nidos-cuevas en Las Grutas, donde en sus paredes acantiladas existe una colonia de loros barranqueros. El evento coincide con los fuegos artificiales y con las bandas de música que festejan la apertura de la temporada turística. Durante los siguientes dos días, aparecen pichones en las playas, como consecuencia de los ruidos que provocan esas situaciones de estrés. ¿Qué hacen las veterinarias con esos polluelos? Lo fundamental es darles de comer. Para ello preparan una mezcla especial que contiene 15 o más tipos de semillas, que se muelen en un molinillo de café, y el polvo resultante se mezcla con agua. Luego con unas mamaderas, hechas con envases reciclados de mostaza, les dan de comer.