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Loros barranqueros en pueblos de la provincia de Buenos Aires



Problemas y soluciones

Los loros barranqueros son aves migratorias. Ellos viven en sus zonas de reproducción y crianza, entre septiembre y abril, y luego migran. En particular, algunos loros del Balneario El Cóndor, en la Provincia de Río Negro, se desplazan hacia el norte, no todos, en busca de climas más benignos. Llegan así a localidades de la provincia de Buenos Aires, tales como Pedro Luro e Hilario Ascasubi. Esto ocasiona conflictos en esos centros urbanos. Aquí un grupo de expertos nos cuentan como se originó este conflicto y nos brindan una serie de estrategias para solucionar la situación.    

Texto Juan F. Masello y Alejandro Balbiano


¿Por qué los loros barranqueros están invadiendo algunos poblados del sudoeste bonaerense? ¿Existen soluciones para manejar esa situación?


Vamos a responder estas dos preguntas, con datos y fundamentos científicos, y con el respaldo de 27 años de investigaciones continuas.   

Los partidos de Villarino y Patagones en la provincia de Buenos Aires están sufriendo un desmonte acelerado, fruto del cual es la pérdida casi total de la vegetación típica de la Ecorregión del Monte, donde los loros encontraban sus alimentos y sus medicamentos para vivir vitales y saludables. 

Tras décadas de estudios, los técnicos del INTA Hilario Ascasubi han demostrado que estos partidos han sufrido la mayor tasa de deforestación de Sudamérica: se perdió tres veces más rápido el ecosistema del Monte que el del Amazonas. Hoy el sudoeste bonaerense es considerado internacionalmente como el área más desertificada del cono sur sudamericano. 

Muchos de esos ambientes naturales han sido ocupados por actividades agro-ganaderas, y por ciudades y pueblos. Donde antes los loros encontraban su hábitat natural hoy encuentran ambientes urbanos. De esta manera los loros barranqueros se acercaron a los poblados buscando refugio en postes, cables y arboledas urbanas. Así llegamos a la situación actual donde miles de loros barranqueros arriban cada atardecer a las localidades de Médanos, Hilario Ascasubi, Pedro Luro, Villalonga y Stroeder. Sin ambientes naturales donde refugiarse, estas aves comenzaron a formar inmensos dormideros urbanos. 


Estrategias para desplazar a los loros barranqueros de los ambientes urbanos.

Los loros barranqueros son aves gregarias, es decir que viven en grupos, y eligen en general, ocupar los mismos sitios de descanso y reproducción en ambientes naturales, pero cuando ocurren cambios manifiestan comportamientos adaptables e inteligentes. Por eso es necesario diseñar y aplicar a mediano y largo plazo, y en forma simultánea, diversas estrategias para lograr desplazar a los loros de los ambientes urbanos. Trabajando en conjunto con número grande de investigadores y ONGs1,  hemos planteado una serie de pasos a seguir para lograr ese objetivo, los que hemos presentado a las autoridades de la Subsecretaria de Ambiente, Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes del Ministerio del Interior de la Nación y al Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires, y ofrecemos también desde este post. Estos son:

1) Monitoreo y evolución constante. Hay que mapear los dormideros o lugares elegidos por los loros para pasar la noche, y realizar censos periódicos del número de loros, También se deben detallar los tipos de posaderos: cableados, arboledas, y antenas. Estas primeras acciones serán indispensables para conocer la situación original, y evaluar la efectividad real de las estrategias planteadas a lo largo del tiempo.  

2) Dormideros alternativos. Para lograr que las bandadas de loros abandonen las zonas urbanas, habrá que ofrecerles nuevas zonas donde pernoctar. Estas aves son muy fieles a sus sitios de descanso, y son atraídas por las luces y los posaderos altos, a los que perciben como sitios seguros. Estos nuevos dormideros deberán estar en zonas alejadas del casco urbano, tales como rutas y caminos de ingreso a pueblos rurales, rotondas y banquinas, y para ello se deberán plantar árboles altos, o colocar postes altos y cables, que pueden o no estar en funcionamiento. Es fundamental que estos dormideros se encuentren en zonas lo más iluminadas posibles o con iluminación artificial. 

3) Poda disuasiva del arbolado urbano. Como los loros barranqueros prefieren dormir en árboles altos y sobre ramas secas, es preferible en las zonas urbanas, podar los árboles, sin eliminarlos, realizando podas iniciales controladas para que se transformen en lugares menos deseable por los loros. Esto favorecerá que los loros elijan los dormideros alternativos por ser ambientes más tranquilos y seguros para dormir. 

4) Rediseño del cableado urbano. Las antenas y los cables de tendido eléctrico, Internet y telefonía, son, al igual que los árboles, lugares donde los loros se sienten seguros. La solución definitiva es el soterramiento de todo el cableado urbano, pero, habrá que evaluar en este caso costos y logística. 

5) Métodos de ahuyentamiento. Existen alternativas que implican la producción de sonidos. Una opción simple y económica es la emisión de grabaciones de sonidos de las especies de depredadores nocturnos de aves, como el Ñacurutú (Bubo magellanicus) y la Lechuza bataraz austral (Strix rufipes), ambas disponibles sin costo en Internet. La emisión de estos sonidos deben realizarse cada noche en diversos puntos, donde duermen los loros, hasta lograr que aprendan que estas zonas no son seguras y decidan trasladarse a los dormideros alternativos. Lo más importante de esta etapa es realizarla una vez que se tengan acondicionados los dormideros alternativos, de lo contrario las aves no tendrán donde refugiarse y volverán a ocupar las zonas urbanas. Además, hay que realizar estas acciones durante el atardecer y las primeras horas de la noche, de modo tal que los loros no se posen en las zonas indeseadas.

6) Apagones del alumbrado público. Los loros son aves diurnas y perciben la luz artificial como una fuente de seguridad. Una opción para desalentar que usen las zonas indeseadas dentro del casco urbano, es mantener apagada la luminaria vial durante el atardecer y la primera media hora de oscuridad absoluta, pero manteniendo encendidas las luces de los dormideros alternativos.


Una recomendación final. Todo lo aquí planteado será exitoso solo si las acciones se realizan en forma coordinada y sostenida a lo largo del tiempo, entre autoridades municipales y provinciales, pobladores y productores locales, y los grupos de investigación que estudian a los loros en la región. Es la única forma de lograr solucionar este conflicto.


Datos científicos versus Percepción

Miles de loros haciendo ruido y defecando en las calles está generando una idea equivocada, una percepción que carece de base científica: que hay una superpoblación de loros barranqueros. 
Diversos estudios publicados en revistas científicas internacionales demuestran que, desde hace décadas y de forma sostenida, la población global y regional de estas aves viene disminuyendo drásticamente, habiéndose perdido el 46% del total de loros barranqueros. Una sola colonia ubicada en el Balneario El Cóndor, en la Provincia de Río Negro, a unos 200 kilómetros al sur de los poblados bonaerenses con conflictos, concentra el 71% de la población mundial de esta especie, que solo habita en la Argentina y en Chile. Esto significa que el futuro de los loros barranqueros depende de unos pocos núcleos reproductivos. Por estos problemas de conservación es que las autoridades ambientales federales categorizaron al Loro barraquero como “especie amenazada” en 2017.

Además, como ya hemos visto, muchos de los loros que llegan a las poblaciones del sur de la provincia de Buenos Aires migran desde la provincia de Río Negro siendo, por este motivo, un recurso compartido entre estas dos jurisdicciones. Esta particularidad es sumamente importante y debe ser tenida en cuenta al tomar cualquier tipo de decisión.



1 Prof. Adj. Dr. Juan F. Masello (University of Venda, Sudáfrica; Bielefeld University, Alemania), Pablo Petracci (Director, Estación de Rescate de Fauna Marina Guillermo "Indio" Fidalgo), Lic. Alejandro Balbiano (Divulgador científico), Biologo Mauricio Failla (Proyecto Patagonia Noreste). Con el apoyo de: Dr. Guillermo Amico (Presidente, Sociedad Naturalista Andino Patagónica), Prof. Cristóbal Briceño MV PhD (Académico, Fac. Cs. Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile), Dra. Patricia Capllonch (Directora, Centro Nacional de Anillado de Aves, Cátedra de Biornitologia Argentina, Universidad Nacional de Tucumán), Mirta Carbajal (Presidenta, Fundación Inalafquen), Matilde Encabo (Representante, Grupo Recreación y Turismo en Conservación, Facultad de Turismo, Universidad Nacional del Comahue), Prof. Dr. Cristian F. Estades (Presidente, AvesChile, y Universidad de Chile), Dr. Jamie Gilardi (Director, World Parrot Trust), Mariano Gonzalez Roglich (Director, WCS Argentina), Hernán Ibáñez (Representante, Fundación Azara), Prof. Dr. Jaime E. Jiménez (Miembro honorario y fellow, Sociedad Ornitológica de EE.UU. y Unión Internacional de Ornitológos, University of North Texas, EE.UU.), Lic. Graciela N. Lencina (Coordinadora, Club de Observadores de Aves de Catamarca), José Ma. Musmeci (Presidente, Fundación Patagonia Natural), Prof. Daniel Paz Barreto (Representante, Universidad Nacional de Río Negro), Carina Lourdes Quattrocchi (Presidenta, ABE Asociación Bahía Encerrada), Prof. Dr. Petra Quillfeldt (Representante, Department of Animal Ecology and Systematics, Justus Liebig University Giessen, Alemania), Dr. Myriam Ramírez Herranz (Representante, Redaves, Chile), Dr. Antonio Sciabarrasi (Académico, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional del Litoral), Gabriel Luciano Zanellato (Presidente, Fundación Soberanía)



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